El pasado día 23 de noviembre puede leer un artículo en El Economista donde el protagonista era Miguel Ángel Jiménez. El “Pisha” se quejaba del poco o ningún apoyo que está recibiendo de la federación y de las instituciones para sacar adelante El Open de Andalucía 2013, torneo del Circuito Europeo del que es el promotor.
Y no pintan bien las cosas para el año que viene, ya que son numerosas las pruebas que dejan de estar en la palestra para próximo año, con la consiguiente emigración de jugadores a circuitos como el americano.
Vaya por delante que en la actual situación por la que atraviesa Europa y nuestro país hay que priorizar; dicho lo dicho si para quien gestiona los presupuestos europeos, estatales o autonómicos, el patrocinio en general y en concreto el del golf es UN GASTO y no UNA INVERSIÓN para promocionar un destino, mal vamos. Esta afirmación no es mía; recientemente tuve la oportunidad de asistir a un foro donde un Consejero de Turismo lo dijo.
Pero no solo el patrocinio del golf se viene abajo; según datos de la EGA (Asociación Europea de Golf) en Europa hay un total de 4.390.000 jugadores, un 1% menos que el año anterior, siendo el porcentaje de golfistas sobre la población total del 0,73%. Además, tres de los países con mayor tradición golfistica como UK e Irlanda (-3,1%), Suecia (-4.1%) y España (-2,9) han tenido notable descensos durante 2011 con el agravante que los jugadores de UK e Irlanda, que suponen un 30% de los jugadores europeos, son nuestro principal mercado.
Es curioso ver como en estos países con mayor tradición golfistica, las mujeres representan un porcentaje muy bajo del total de jugadores, siendo Alemania la que mayor participación aporta, con un total de casi 215.000 jugadoras, un 35%.
En cuanto a los jugadores jóvenes o junior, es Turkía la que mayor porcentaje de junior tiene, con un 52% de los jugadores, aunque en términos absolutos el número total es insignificante.
Como podemos ver no corren buenos tiempos para nuestro deporte. Pero es ahora cuando el marketing en el golf -tan infravalorado en muchas ocasiones – debe tener mayor presencia, sea cual sea su nivel de aplicación.
